Alí Ramón Rojas Olaya.

Profesor investigador de la Escuela Venezolana de Planificación y de la Escuela de Defensa Integral Comandante Eliézer Otaiza (Ediceo)

Rector de la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas

Presidente del Centro Rodrigueano de Investigación Social para la Latinoamericanidad (Crisol).

El 30 y 31 de julio de 2012 dos apagones históricos dejaron a oscuras a 700 millones de personas en India. La causa se debió a una sobredemanda de electricidad en algunos estados y a los débiles corredores de transmisión de energía entre regiones. Los trenes suspendieron sus servicios, los semáforos dejaran de funcionar y las operaciones quirúrgicas fueron canceladas. Nadie le mentó la madre al presidente de India, Pranab Mukherjee.

El 10 de noviembre de 2009, Brasil y Paraguay quedaron a oscuras debido a un apagón que perjudicó a 67 millones de personas. La causa se debió a fuertes vientos y a las lluvias torrenciales que cortocircuitaron tres transformadores en una línea de transmisión de alto voltaje. Nadie le mentó la madre al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ni al presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

El 18 de agosto de 2005 un apagón en las islas indonesias de Java y Bali afectó a 120 millones de personas, es decir, a casi la mitad de la población del país. La red eléctrica Java-Bali, que tenía una capacidad instalada de 19.615 MW, se colapsó debido a un fallo en una línea de transmisión de 500 kV entre Cilegon y Saguling en Java Occidental. Los servicios de transporte terrestres, marítimos y aéreos se interrumpieron. Nadie le mentó la madre al presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono.

El 28 de septiembre de 2003, en Italia, 57 millones de personas se vieron afectadas por un apagón causado por una serie de árboles que cayeron durante una tormenta sobre una línea de alta tensión que suministraba electricidad desde Suiza. 110 trenes que transportaban más de 30 mil pasajeros en Italia tuvieron que interrumpir el servicio. Nadie le mentó la madre al presidente del Consejo de Ministros de Italia, Silvio Berlusconi.

El 14 y 15 de agosto de 2003, un apagón en el noreste de Estados Unidos y Canadá dejó sin servicio eléctrico a 50 millones de personas. La falla fue causada por la desconexión de una línea eléctrica de alta tensión en el norte de Ohio después de que entrarse en contacto con árboles que no habían sido podados. El defectuoso sistema de alarma de First Energy Corporation no alertó a los operadores, lo que generó un efecto dominó que dio lugar al cierre de otras tres líneas. Nadie le mentó la madre al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ni al primer ministro de Canadá, Jean Chrétien.

El 2 de enero de 2001 en India, 230 millones de personas se vieron afectadas por un apagón. La causa se debió a una falla en la subestación en el estado de Uttar Pradesh y a los deficientes e inadecuados equipos de transmisión. Más de 80 trenes quedaron bloqueados y se suspendieron las actividades comerciales y educativas. El servicio eléctrico se retomó entre 16 y 20 horas. Nadie le mentó la madre al presidente de India, Kocheril Raman Narayanan.

El 11 de marzo de 1999 el sur y sureste de Brasil quedó en la oscurana total debido a un apagón que afectó a 97 millones de personas. La causa fue un rayo que alcanzó una subestación eléctrica en São Paulo. El incidente provocó una reacción en cadena que se tradujo en el cierre de Itaipú, una de las plantas hidroeléctricas más grandes del mundo. Cerca de 60 mil personas se quedaron atrapadas en el metro de Río de Janeiro. Nadie le mentó la madre al presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.

El 13 de marzo de 1989, en Quebec, Canadá, 6 millones de personas se vieron afectadas por un apagón causado por una tormenta geomagnética solar que colapsó el sistema de transporte de energía eléctrica de Hydro-Québec. El Metro de Montreal y el Aeropuerto de Dorval se vieron obligados a suspender temporalmente sus operaciones. Nadie le mentó la madre al primer ministro de Canadá, Brian Mulroney.

El 13 y 14 de julio de 1977, un apagón afectó a la ciudad de Nueva York. 9 millones de personas quedaron a oscuras debido a un rayo que obligó a desconectar la planta nuclear Indian Point. Los protocolos de seguridad no funcionaron y hubo diversos errores humanos. Durante el apagón hubo saqueos masivos. Nadie le mentó la madre al presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.

El 9 de noviembre de 1965, el noreste de Estados Unidos y el norte de Canadá quedaron sin servicio eléctrico afectando a 30 millones de personas. El apagón fue causado por un dispositivo de seguridad defectuoso en la estación de Sir Adam Beck, en el lado de Ontario de las Cataratas del Niágara, que dio lugar a la desconexión de una línea de transmisión de 230 kV, produciendo un efecto dominó. 800 mil personas gritaban despavoridas por verse atrapadas en el metro de Nueva York. Nadie le mentó la madre al presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, ni al primer ministro de Canadá, Lester Bowles Pearson.

El 7, 20, 26, 27 y 29 de marzo de 2019, el presidente terrorista de Estados Unidos, Donald Trump, mandó a atacar la central hidroeléctrica Simón Bolívar del Guri, primero cibernéticamente y luego físicamente. Para tal fin contó, además de los presidentes cachorros del imperio y de la oposición venezolana, con perversos personeros infiltrados en grandes responsabilidades de Estado que sólo velan por los intereses particulares de sus grupos de poder. ¿Tendrán idea estos enemigos antibolivarianos que los ataques eléctricos que han perpetrado a quienes más perjudican es a la clase media? ¿Por qué? Muy sencillo. La clase proletaria siempre estuvo acostumbrada a vivir sin electricidad. Los edificios de las grandes urbanizaciones se quedan sin agua porque dependen del bombeo eléctrico. En los barrios pobres el pueblo históricamente ha bombeado humanamente el agua a punta de tobos escalinatas arriba. Mientras algunos sectores de desclasados le mientan la madre al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, las grandes mayorías reconocen al primer magistrado como el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y, a cada llamado del líder indiscutido de la Revolución Bolivariana, se movilizan en marchas, vigilias y demás actos para cantar aquella vieja canción que decía: “Yo tenía una luz que a mi me alumbraba y llegaba Trump y ¡fuá! y me la apagaba”.